octubre 12, 2024

El dinero otra vez mandando por José Renán. En Vox Populi.

Cada  vez es más atortolante.

La opinión pública se forma a través de los medios de comunicación y la financiación de los costos corre a cargo de los propietarios  de los medios de producción, del capital financiero y comercial,  todo lo cual los faculta para imponer políticas y condiciones, lo mismo que crear lideres políticos, fabricarlos como dulces, convirtiendo  un mar de conocimientos con un milímetro de profundidad en gobernantes, desprestigiando hombres y destruyéndolos, cuando no convienen a sus intereses.

Casi de manera imperceptible, cambian pautas costosas por informes amañados, entrevistas, noticias, que son trasmitidas por jóvenes ejecutivos, con la máscara cívica y social,   que han sido educados en el anillo construido por el poder económico y el poder político que se cierra sobre sí mismo y, en el medio, asfixiada por la propaganda, arrastrada por la sugestión, la masa obedece, no a su propia opinión sino a la que le meten en la cabeza, desde los titulares de los diarios, las trasmisiones radiales y las imágenes y los textos cuidadosamente seleccionadas y maquillados de la televisión.

El imperio de la comunicación, que es el imperio del dinero, sustituye pues de manera invisible para el pueblo a éste mismo, y cuando el pronunciamiento popular se produce , tiene que ser el que se fabrica en los laboratorios del sistema y no la resultante de un combate entre iguales, con armas y oportunidades iguales, como lo proponen y lo creyeron los iluminados fundadores y arquitectos de la democracia liberal.

Es de esa manera, como los dueños del dinero se apoderan del Estado, controlando las llaves del pronunciamiento político, logrando exitosamente que el electo sea quien gobierne y los que mandan sean los que se burlan del pueblo en salones de  clubes.

La interconexión  entre la marcha de los asuntos económicos y las decisiones políticas del Estado aumenta pues, la tendencia a la concentración del poder que es exactamente lo que debemos combatir.

Pero, por supuesto, que para lograrlo se exige tener conciencia política, aprender a no doblegarse ante las canonjías y tener la suficiente dignidad para rechazar las bolsas de monedas en defensa de los intereses populares.

¿Hasta cuándo vamos a seguir soportando la llegada de corsarios que vienen, llenan las bolsas del botín y se regresan   a planificar el siguiente abuso a una ciudadanía que no se hace respetar?.

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