Recuerdo con agrado, el momento en que el señor gerente de EMCALI, recién iniciando su gestión, salió en video con el puente Ortiz a sus espaldas, a anunciarle a la ciudadanía, que había recibido la orden del señor alcalde, de contratar una auditoria internacional y por tanto externa, para que adelantara una revisión a fondo de los estados financieros de la empresa.
Han transcurrido 7 meses y seguimos esperando. Mientras tanto, la vida no se detiene. La anterior administración de EMCALI, con estados financieros maquillados se permitió entregar excedentes, utilidades, rendimientos, sobrantes; como los quieran llamar, transfiriéndolos a la alcaldía donde hicieron festín contractual.
Ahora, la administración Eder, donde guardan sospechoso silencio, a lo que fueron ardientes denuncias en campaña señalando a Jorge Iván Ospina y su gerente dentro de un ambiente de la mayor podredumbre, aceptaron los estados financieros tal y como se los entregaron, permitiendo seguir; sin parar, el proceso de exprimir hasta la última gota del suero que trata de revivir la empresa tirada en una cama de cuidados intensivos.
El pueblo escucha que la empresa anda mal pero no sabe por qué, no maneja los tecnicismos ni los temas financieros por lo que vive embolatada en la nube que cada funcionario que llega le tiende de una manera cada vez más ingeniosas trampas mentales, enredándolo de tal manera que evita la más mínima comprensión.
Que paciencia la de nuestros conciudadanos permitiendo con ella, que la empresa se vaya al traste.
Simples preguntas desordenadas: ¿Qué es lo que sucede con el negocio de comunicaciones? ¿Al fin está en competencia con la 5G? ¿Qué pasó con el cable submarino en el que invirtieron millones? ¿Qué pasa con el negocio de acueducto y alcantarillado? ¿Dónde están los proyectos de reposición de redes, pues hoy están apagando incendios con redes reventándose diariamente? ¿Qué sucede hoy en Cali, cuando se incrementa la presión del agua? La venda en los ojos solo debe ser para la justicia no para usted señor alcalde.
Las dictaduras no solo se reflejan en la represión y en los crímenes de lesa humanidad. También es un crimen de lesa humanidad llenarse los bolsillos a costa de la calidad de vida de un pueblo al que se le está negando la prestación de servicios que son constitucionalmente reconocidos como derechos fundamentales para la vida.
Las movilizaciones para hacerse respetar los derechos como seres humanos son doctrinarias; especialmente cuando no existe control político sino complicidad. El pueblo aguanta; pero no para siempre. Señor gerente de EMCALI: ¿Dónde está la auditoria internacional realizada a los estados financieros de la empresa?