Atardecer en la Albufera. Foto de visitvalencia.com
por Claudio Ochoa
Entre los escenarios que enorgullecen a la “Valencia Verde” está la Albufera, naturaleza en estado puro. Parque natural a tan solo 11 kilómetros de la ciudad, agua dulce y salada, bosque, fauna y extensos cultivos de arroz, la variedad “bomba”, el de la universal paella valenciana.
“Valencia Verde”, siempre verde, disfruta durante el presente año del reconocimiento otorgado por la Comisión Europea, como Capital Verde Europea, teniendo a La Albufera entre sus emblemas más significativos.
Una albufera es una aglomeración de agua salada o algo salobre, que está separada del mar por una lengua de arena, conectado con este a través canales. Concretamente, la Albufera valenciana colinda con el mar Mediterráneo, comprende 23,94 km² de superficie (el lago más grande de España) y está rodeada de 223 km² de arrozales. Se nutre del río Júcar, que desemboca en el Mediterráneo, y en parte del Turia, otro referente valenciano.
NATURALEZA PARA EL DISFRUTE
En Valencia ofrecen variedad de visitas guiadas rumbo al parque la Albufera, con una duración promedio de tres horas y media, partiendo de la ciudad, para hacer el recorrido en barca al atardecer, con la posibilidad de disfrutar la auténtica paella valenciana en El Palmar, uno de los poblados colindantes. https://www.visitvalencia.com/shop/gastronomia/paella-valenciana/paseo-en-barca-albufera
En pleno goce de la Albufera, a barca limpia. Foto de Visit Valencia.
La profundidad media de sus aguas es de un metro, y posee un islote (El Monte) de vegetación arbórea, que se puede apreciar desde cualquier parte del parque. Aquí encontramos peces como lubinas y anguilas. Cada año los pescadores locales se dividen las áreas, en donde obtienen anguila, lisa, carpa y cangrejo azul, entre otras especies. Es el «sorteo de redolins», de origen feudal, de hace unos 800 años.
En navidad abundan los flamencos. Como estas aves afectan los arrozales, los agricultores implantan cocodrilos inflables en varios puntos del parque, a manera de espantapájaros.
Cocodrilos inflables en la Albufera.
Un colombiano, el barquero Raúl Pedroza Bayona, junto a otros dos paisanos, son auxiliares claves a la hora de conocer la Albufera. Boyacense que capitanea una de las naves del equipo de Rosa la Barquera y “Tonet”, paseos en barca y visita a la barraca.
Para los más interesados en detallar la naturaleza, es posible apreciar las diversas especies que allí habitan, a través de unas rutas establecidas. En el itinerario botánico encontramos variedades como la maquia mediterránea; el palmito, el mirto y el espino negro; el pino carrasco y la siempreviva; el brezo, la albaida y el labiérnago; el pino rodeno y la zarzaparrilla, etc. En el itinerario de los sentidos, damos gusto a la vista con la diversidad de colores y formas de la vegetación; al oído, con los sonidos de los pájaros, como el canturreo del verdecillo o garrafó, el carbonero común, la curruca cabecinegra, el buitrón, etc. Refugio de unas 60 especies de aves.
Barraca en la Albufera
El itinerario lúdico de la playa va en unos dos mil metros de extensión, a lo largo del paseo marítimo “Francisco Lozano”. Un cordón de dunas detrás del cual podremos observar plantas que en su naturaleza crecen rastreramente, protegiéndose del fuerte viento marino. En las dunas delanteras, las plantas crecen resistiendo el viento, el sol y la sal marina, con hojas dispuestas para almacenar agua y pelillos que las protegen, y raíces demasiado extensas que les permiten aferrarse a la tierra, soportando las difíciles condiciones. A su lado están especies animales muy especiales, como los escarabajos que durante el día permanecen bajo tierra, y en la noche salen en busca de su alimento, o los caracoles, que en las horas de intenso sol se refugian en las ramas de las plantas.
Aquí está la playa de El Saler, y es la oportunidad para tomar un baño de mar, encontrando en su arena variedad de conchas de moluscos y de caracoles, huevos de tiburón, cangrejos, estrellas de mar, etc., en un ambiente ejemplarmente sereno, con una temperatura media de 18 grados, mínima de 11.5 y máxima de 25.5 grados.
Paella en plena elaboración. Foto de Casa Ángel.
EL PALMAR, GASTRONOMÍA Y FIESTAS
El Palmar es un pequeño poblado dentro del Parque Natural de la Albufera. Una isla que se comunica con las otras áreas terrestres del Parque a través de tres puentes que le construyeron. Sus antiguas casas fueron las barracas, construidas a base de cañas y barro, nombre que el escritor Vicente Blasco Ibáñez tomó para su novela de 1902, basada en sus vivencias en este territorio. Algunas de estas barracas se conservan, como la del tío Aranda.
Con algo más de 700 habitantes tiene una rica oferta gastronómica, de 32 restaurantes. Ingredientes totalmente frescos en sus platos, como en la paella valenciana (aquí cocinaron las primeras paellas), llisa o lisa adobada, All i Pebre (anguilas con ajo y pimentón), Arròs en fesols i naps (arroz caldoso con judías, nabos y variedad de carnes). Ideal ir a uno de los restaurantes junto a alguno de los canales que rodean a El Palmar.
Durante la festividad de Cristo de la Salud. Foto de Visit Valencia.
Naturalmente, El Palmar goza de famosas festividades. Una de ellas es la del Cristo de la Salud, que inicia el 4 de agosto con participación de todas las barcas, en romería, celebrando la misa en medio de la Albufera. El día 6 ocurre la fiesta mayo, Día del Salvador, con misa y ´procesión por las calles del poblado.
EL PARADOR DE EL SALER
La Albufera tiene el privilegio de contar con parador propio, el de El Saler, de cinco estrellas. Para quienes no lo saben, España dispone de una Red Nacional de Paradores desde hace más de un siglo, conformada por unos 100 hoteles de carácter público, confortables, de lujo.
Este parador está en todo el frente del mar Mediterráneo y su exclusiva playa, en medio de dunas, pinos y con campo de golf propio. Piscina, spa, campo de fútbol, gimnasio y dos restaurantes con vista al Mediterráneo. La carta ofrece “paella valenciana o el arroz con pato y pimientos, ensalada de la huerta, platos del recetario tradicional como el esgarraet de pimientos rojos asados y bacalao o el allí i pebre de anguila, y remates como el postre de las naranjas”.
Parador de El Saler. Foto de Red Nacional de Paradores.
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