Autopromoción y democracia. Vox Populi: José Renan Trujillo.

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Vox Populi. Ejercer con transparencia las funciones de gobernante en los diferentes niveles territoriales, debe entenderse como un deber que impone la comunidad que lo elige; no como el trampolín para ascender en la vida pública. Por ello, entre otras cosas, mediante el uso de la publicidad oficial deben evitar que termine  siendo un baño de vanidad para sí mismos.

Es dable suponer que ello no debiera  ocurrir en, supuestamente, los tiempos de austeridad que atravesamos. Y que por ello, debiera ser  fundamental garantizar la independencia de los medios de comunicación  protegiendo su labor informativa y evitando que la publicidad oficial se convierta en una herramienta de presión o censura.

La publicidad oficial, al ser una fuente importante de ingresos para los medios, puede generar una dependencia económica que los lleva a autocensurarse para evitar perder contratos publicitarios. Esto puede afectar la libertad de prensa y la capacidad de los medios para informar de manera crítica sobre el respectivo gobierno. 

Las autoridades del gobierno nacional,  las alcaldías y gobernaciones enfrentan un dilema que es crucial para la democracia: utilizar el dinero de la publicidad oficial para informar a la ciudadanía sobre su gestión o gastarlo en promover su propia imagen y sus intereses particulares. 

Esta elección implica riesgos para la información de interés público, la transparencia del gasto del Estado y la reputación de los medios de comunicación.

Muestra de la gravedad del problema es que, según la Encuesta Nacional de Libertad de Expresión y Acceso a la Información publicada por Cifras y Conceptos el 2023, el 44% de las 585 personas encuestadas afirmó que conocía a algún medio en su departamento que había dejado de publicar por miedo a perder la pauta publicitaria.

Casi la mitad (el 48%) supo de casos de periodistas que modificaron su posición editorial a cambio de un contrato por publicidad oficial. La presión económica, consecuencia de la dependencia de la pauta oficial, es uno de los mayores factores de censura en el país.

En Colombia está suficientemente demostrado que la mayoría de estos recursos se utilizan de manera arbitraria y se desvían de estos objetivos para convertirlos en una herramienta de autopromoción. Es común que los gobiernos gasten más de lo presupuestado en publicidad oficial, lo que indica una falta de control y transparencia en la gestión de los recursos públicos.

El futuro de estos derechos depende en gran medida de la decisión que tomen ante la disyuntiva autopromoción o democracia y de preguntarse si quieren medios de comunicación que alimenten la democracia o débiles cajas de resonancia. 

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