Óscar Iván Palacio Tamayo: hacia la pensión universal en Colombia

La pensión universal busca que todos los colombianos, al cumplir 65 años, reciban una pensión mínima equivalente a medio salario, sin importar si cotizaron o no. Este mecanismo garantiza superar la línea de pobreza y puede complementarse con ahorros individuales.
Su implementación exige un sistema tributario sólido, ciudadanos responsables que paguen impuestos y combatir la corrupción. No es un regalo, sino una política fiscal que requiere preparación desde la juventud. Varios países han reducido la pobreza con este modelo. En Colombia, su viabilidad depende de fortalecer la tributación y redistribuir la riqueza con justicia social.
Por último, como mecanismo urgente y de seguridad nacional, debería iniciar la pensión universal inicialmente con todos los habitantes del campo colombiano.
En el mundo, varios países han adoptado la pensión universal como una herramienta clave de protección social. En Países Bajos, por ejemplo, todos los ciudadanos reciben una pensión básica financiada con impuestos, independientemente de su historial laboral. Nueva Zelanda implementa desde hace décadas el “New Zealand Superannuation”, que otorga una pensión universal a todas las personas mayores de 65 años que cumplan un mínimo de residencia en el país. En Canadá, el programa “Old Age Security” asegura un ingreso básico a los adultos mayores, complementado por planes de ahorro voluntario.
Estas experiencias internacionales demuestran que, con una base tributaria amplia y políticas anticorrupción eficaces, es posible garantizar dignidad a la vejez, reducir desigualdades y promover estabilidad social.