Bogotá y su primer tren del metro. Vox Populi: José Renán Trujillo.

Colombia está a las puertas de un momento histórico, este mes arribarán al país los primeros trenes que conformarán la Línea 1 del Metro de Bogotá, después de superar con éxito pruebas técnicas en China y recorrer miles de kilómetros de validación.
Se trata de un hito largamente esperado que marcará un antes y un después en la movilidad de la capital, una ciudad que por décadas soñó con un sistema de transporte masivo de esta magnitud y que ahora ve materializarse la primera parte de ese anhelo. Bogotá se prepara para estrenar una obra que no solo transformará el transporte, sino que también impactará en la economía, en la competitividad y en la calidad de vida de millones de ciudadanos.
Es justo reconocer y aplaudir este avance. Después de años de promesas incumplidas, de polémicas políticas y de demoras en los cronogramas, los bogotanos comienzan a ver cómo sus impuestos y su paciencia se traducen en infraestructura real. El Metro no es únicamente un tren moderno, es un símbolo de confianza en que el país sí puede planear, ejecutar y entregar obras de gran envergadura.
Representa un futuro distinto para una capital congestionada y contaminada, que por fin contará con una alternativa de transporte rápida, sostenible y de largo plazo.
Pero mientras celebramos el logro en la capital, no podemos ignorar la otra cara de la moneda ¿y Santiago deCali qué? Nuestra ciudad, la segunda más importante del suroccidente del país, también ha soñado durante décadas con un metro propio, con un sistema que vaya más allá de los buses articulados, o de lo que pretenciosamente llaman tren de cercanías y que esté a la altura de nuestras necesidades.
El MIO, pese a su importancia y al papel que ha jugado en la movilidad, no ha logrado resolver la crisis de transporte que padecemos a diario. Sus limitaciones, su falta de cobertura suficiente y los problemas financieros de la operación han demostrado que la solución para Cali no puede quedarse rezagada con mentalidad de villorrio.
En la capital del Valle del Cauca también pagamos impuestos, también aportamos al país y también necesitamos obras que transformen nuestra movilidad. No podemos seguir viendo cómo se cumplen las promesas en Bogotá mientras aquí seguimos esperando, como si nuestros ciudadanos merecieran menos.
Es un reclamo legítimo, si la Nación invierte miles de millones en la capital, ¿por qué no destinar esfuerzos serios, sostenidos y concretos para que Cali tenga, al menos, un proyecto de metro en su primera línea o un tren verdaderamente de cercanías en un verdadero sistema integrado de transporte que responda a las necesidades de quienes vivimos en lo que debe transformarse en Cali ciudad región?
Lo que necesitamos en Santiago de Cali es un verdadero equipo que al unisonó de la batuta del director de orquesta, trabaje con dedicación por la ciudad, no por intereses políticos personalistas.