El poder transgeneracional de las mujeres buscadoras. Te unes?
En el marco del Día Nacional de Reconocimiento a las Mujeres Buscadoras de Víctimas de Desaparición Forzada, la Defensoría del Pueblo destacó la persistencia y el legado de quienes, desde el dolor y la esperanza, siguen reclamando verdad y justicia. La Defensora del Pueblo, Iris Marín Ortiz, encabezó un acto conmemorativo en la sede central de la entidad en Bogotá, donde se develó una placa en honor a Yannette Bautista Montañez, pionera en la lucha por la aprobación de la Ley 2364 de 2024, que reconoce a las buscadoras como sujetos de especial protección y constructoras de paz.
Sin embargo, la Defensoría alertó sobre los escasos avances en la implementación de esta norma. Un seguimiento realizado a 33 entidades nacionales y 73 territoriales evidenció que la mayoría no cuenta con acciones diferenciadas para las mujeres buscadoras, especialmente aquellas con pertenencia étnica. Los mayores progresos se registran en la socialización y capacitación sobre la Ley, así como en acciones de memoria y reconocimiento impulsadas por entidades como la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas y RTVC.
Aunque el Registro de Mujeres Buscadoras aún no está operativo, algunas instituciones han comenzado a ajustar sus sistemas de información. No obstante, persisten vacíos significativos en derechos sociales como salud, vivienda y educación, donde no se reportan medidas específicas ni programas concretos de apoyo.
La Defensoría del Pueblo reafirmó su compromiso con la capacitación interna y el acompañamiento a las buscadoras en la exigencia de sus derechos, tanto en los territorios como ante instancias judiciales. “Con la Ley 2364, Yannette y las mujeres buscadoras nos dejan un legado que abre la puerta a una sociedad que debe reconocer el dolor y el peso de la desaparición forzada, generación tras generación”, subrayó Iris Marín Ortiz.
Finalmente, la entidad instó al Estado a adoptar protocolos diferenciados de atención, fortalecer las rutas de salud, educación y vivienda, y garantizar la participación activa de las buscadoras en la construcción de políticas públicas.
“Gracias, buscadoras, por hacer de la escucha una revolución —concluyó la Defensora—, transformada en relato, convertida en realidad y hoy más que nunca en un legado vivo de quienes seguirán buscando.”





