El Papa Francisco, líder espiritual de más de 1.300 millones de católicos en todo el mundo, falleció este lunes en el Vaticano a los 88 años de edad, tras complicaciones derivadas de su estado de salud, según confirmó oficialmente la Santa Sede.
Jorge Mario Bergoglio, nacido en Buenos Aires, Argentina, se convirtió en el primer Papa latinoamericano y el primero jesuita en ocupar el trono de San Pedro, al ser elegido en marzo de 2013, tras la renuncia histórica de Benedicto XVI. Su pontificado estuvo marcado por un estilo pastoral cercano, su énfasis en la misericordia, la justicia social y el cuidado del medio ambiente.
Una figura transformadora
Desde su llegada al Vaticano, Francisco impulsó reformas significativas en la Iglesia Católica, abogando por una institución más abierta, inclusiva y comprometida con los desafíos del mundo moderno. Fue reconocido por su firme defensa de los migrantes, su crítica al capitalismo desmedido y su llamado constante a proteger la «Casa Común», como denominó al planeta Tierra en su encíclica Laudato Si’.
A lo largo de su pontificado, no dudó en abordar temas sensibles como los abusos sexuales dentro de la Iglesia, la inclusión de personas LGBTQ+, el rol de la mujer en la institución y el diálogo interreligioso.
Reacciones en todo el mundo
Líderes religiosos, políticos y millones de fieles en todo el mundo han expresado su pesar por la muerte del Papa. El presidente de Argentina declaró tres días de duelo nacional y en Roma, miles de personas se congregan en la Plaza de San Pedro para rendir homenaje a quien fue considerado un «pastor del pueblo».
«El Papa Francisco fue un faro de esperanza, un símbolo de paz y un ejemplo de humildad para toda la humanidad», expresó el secretario general de las Naciones Unidas.
Funeral y sucesión
Según el protocolo del Vaticano, el cuerpo del Papa Francisco será velado durante varios días en la Basílica de San Pedro, y su funeral se celebrará con una ceremonia solemne presidida por el Colegio de Cardenales. Posteriormente, se convocará un cónclave para elegir a su sucesor.
Francisco deja una huella profunda no solo en la Iglesia Católica, sino en el escenario global. Su legado permanecerá como testimonio de un pontificado que apostó por el diálogo, la compasión y la transformación.