No hay nada que no tenga su lado positivo y, a su vez, el negativo. Por ello, lo absoluto es que todo es relativo.
Pues bien: en política este principio es más amplio, en razón a que en ella no hay uniformidad, sino muy distintos criterios y, por supuesto, polarización, aunque una de las condiciones del buen liderazgo es buscar la unión y el entendimiento, no la confrontación.
Si digo esto es para mostrar que independientemente de la posición que se tenga frente al Gobierno, la consulta popular tiene elementos positivos. Entre otros, brinda la posibilidad de ampliar nuestra formación y cultura política. Por ende, incentiva la participación, tema al cual me referí antes.
Pero también tiene muchos aspectos negativos. Menciono algunos. Se realizaría antes de la elección de Congreso y de presidente y vicepresidente de la República y, por ende, incidiríaen esos resultados, pues en líneas generales, ¿quién no va a estar de acuerdo en la aprobación del contenido de las peguntas?
Ello implica que el gobierno tiene un gancho prodigioso, adicional al manejo del presupuesto del Estado, de la burocracia y del desbordado poder presidencial, para apoyar asus candidatos, hecho que están considerando los senadores de la oposición que al darle paso a la iniciativa, se convierte en un factor en su contra y en el de sus partidos.
Las posibilidades frente a la consulta son apoyarla, votando sí a las preguntas, votándolasnegativamente o absteniéndose. Si se opta por la primera opción, cada pregunta se enfrentará a la obtención del umbral -en cifras redondas 13.600.000 votos, de los cualescomo 7.600.000 tendrían que ser a favor de cada pregunta-, cifras no fáciles de alcanzar, sobre todo frente al desprestigio del Gobierno.
Y, si se decide abstenerse y hacer campaña por esta posibilidad, se le estaría dando gabela al Gobierno, en cuanto a que esa posición colocará a quienes lo hagan como contrarios a las conquistas sociales, tan indispensables en Colombia que alberga una de las sociedades más desiguales e inequitativas del planeta.
Por ello, la tesis del exfiscal Néstor Humberto Martínez de que “La abstención es la única forma viable de recoger el mayoritario sentimiento antigobiernista sin caer en la trampa de intentar refutar preguntas irresponsables, de gran calado populista”, es lógica y hasta necesaria, pero tiene el grave inconveniente de que se estaría desaprovechando una oportunidad de expresión popular sobre un tema social de vital trascendencia y la negativa de obtener mayores y necesarias conquistas sociales.
De modo que, no solo por estos factores, sino por los que expresé en la columna anterior, la mejor opción podría ser votar afirmativamente las preguntas, con las cuales cada cual esté de acuerdo, pues por encima de todos los problemas, debe anteponerse la necesidad de lograr conquistas sociales indispensables.
Pero, por lo expresado y por el costo de la consulta -entre quinientos y setecientos mil millones-, en un país con un gigante déficit fiscal, lo más responsable, aunque lamentable para una persona como quien escribe, sería no realizar el evento, lo cual hace que, para el país lo más conveniente, en esta coyuntura seria que el Senado le diera concepto negativo a la iniciativa.
@ricaurtelosada