La izquierda despierta en las urnas. Vox Populi: José Renán Trujillo.
 
                La consulta interna celebrada ayer domingo por el Pacto Histórico se presentó como un momento definitorio para las fuerzas de izquierda en Colombia. Con la participación de más de dos millones trescientos mil ciudadanos de acuerdo a lo informado porla Registraduría Nacional del Estado Civil en su boletín número25 en escrutinios efectuados hasta las siete de la noche, momento en que cierro la redacción y grabación de este Vox Populi, quedando claro que la movilización popular no es un asunto marginal o residual, la izquierda sigue activa, dispuesta a definir sus propias rutas y decidir por sí misma.
En la disputa por la candidatura presidencial dentro del bloque progresista, el senador Iván Cepeda obtuvo un apoyo irrefutable pasando el 63,35 %, frente a la exministra Carolina Corcho que alcanzó un poco mas del 30,48 %. Este resultado no sólo define un nombre para la izquierda de cara a los comicios de 2026, sino que también señala una estructura organizativa, una capacidad de movilización y unas bases que se vuelven a manifestar con fuerza.
Más allá del nombre ganador, lo que importa es la lectura política de la jornada, una izquierda que vota, que participa, que exige definirse ella misma. La alta concurrencia a las urnas, en un proceso que empodera el debate del progresismo colombiano, señala que ese bloque político no está en letargo ni reducido a un eslogan, sino que está vivo, activo, conectado con la ciudadanía. Los dos millones trescientos mil votos marcan, sin duda alguna,un piso importante en el escenario nacional.
En un contexto nacional más amplio, estos resultados adquieren un doble significado. Primero, porque indican que la izquierda aún conserva capacidad de articulación electoral y movilización ante los retos de las elecciones de 2026. Segundo, porque la participación deja ver que ese espacio político sabe que no puede darse por garantizado, hay que activarse, organizarse y legitimar sus canales de decisión.
En una era donde la abstención y el desencanto pesan, que una coalición progresista logre que más de dos millones, cifra que se acerca a dos millones y medio de personas acudan a votar en una consulta interna es, en sí mismo, un indicador de fortaleza.
No obstante, esta victoria parcial viene con advertencias: la logística electoral presentó fallas, se registraron denuncias de saturación en mesas de votación, filas prolongadas y disconformidad de algunos participantes. El reto será transformar esta energía movilizada en institucionalidad, en cohesión, en resultados concretos para el Congreso y la Presidencia. Porque la movilización está, sí; pero ahora la izquierda debe convertirla en propuesta, camino y responsabilidad.
En definitiva, la jornada del domingo confirma que la izquierda colombiana está viva y activista. Los resultados muestran que no desapareció, no se rindió, no está en retirada. Al contrario: se muestra con voluntad de decidir, de participar y de marcar la ruta. Ahora el desafío es ampliar esa movilización, consolidarla en alianzas amplias y traducirla en poder político efectivo, más allá de la deliberación interna, para los retos que se aproximan en 2026.

 
                       
                       
                       
                      