Terminando el año y haciendo una recopilación, veo de meses atrás, que lo que más entusiasma es la descalificación. Ese es el “gran argumento”. Pero, al mismo tiempo, casi en general la gente expresa su inconformidad señalando que no hay líderes.
Líderes los hay y muchos. Pero no son oídos. Enfrente de ellos seguimos expresando, “Estamos perdidos”, no hay líderes”.
En mi caso ofrezco mi vida profesional. Salvé una empresa que se le quebró a Ecopetrol. En otra empresa, creé el modelo que le permitió a muchos campesinos volverse propietarios de tierra y cultivo. Ellos lo pagaron con producción. Esto lo llamamos una reforma agraria desde el sector privado.
En el sector público, puedo gritarlo a los cuatro vientos, ni contratos, ni comisiones, ni investigaciones… nada. Mis testigos, mi equipo, quienes trabajaron conmigo.
Aquí estoy, lleno de programas y proyectos productivos. Regionalizaremos el país para el desarrollo de estos. Haremos de las tasas tributarias, las más competitivas de América y al Estado lo reduciremos al mínimo, con inteligencia fiscal y resultados competitivos.
Generaremos empleo formal y haremos de Colombia un país ideal y de ideales. Se puede, Si se puede, yo lo lideraré.
