“Si logramos pasar a energías limpias en un futuro inmediato, para darle la energía a la inteligencia artificial y transformamos su productividad creciente en tiempo libre de las sociedades, tiempo libre de las personas, podríamos encontrar entonces otras claves del desarrollo mundial en el futuro”.
Con estas tres frases, el presidente Gustavo Petro planteó su visión del futuro para la humanidad en la que la inteligencia artificial (A.I) se desarrolle en función de las energías limpias, la descarbonización, la alta productividad y permita sociedades con tiempo libre disponible, lo cual redundaría en “la verdadera riqueza de una nación”.
Esa visión la expuso en el Foro del sector privado de Cumbre del Futuro un evento de cooperación mundial de alto nivel que, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, reúne a los dirigentes del planeta para forjar un nuevo consenso internacional a fin de mejorar el presente y salvaguardar el futuro, necesaria para la supervivencia humana en la que intervino.
El jefe de Estado exhortó a los asistentes a construir “una democracia global que planifique la construcción de las energías limpias en el mundo que permita en su crecimiento una inteligencia artificial, un nivel informático que eleve la productividad no en función de las ganancias privadas con que se volvería muchísimo más desigual socialmente el mundo, sino en función del tiempo libre creador, el trabajo emancipado de una humanidad que entonces viviría mucho más rica y feliz”.
En ese escenario del futuro advirtió que la inteligencia artificial “indudablemente puede, y hay el peligro, de hacer confundir a cualquier ser humano dentro de poco tiempo, entre la realidad y la no realidad. La línea divisoria entre fantasía, virtualidad y realidad, que hoy, alcanzamos a ver, se borra en la ‘fake news’, se borraría definitivamente con la inteligencia artificial”.
También consideró que va a incrementar la productividad económica, la producción de bienes, lo cual puede implicar la salida de millones, centenares de millones de trabajadores de sus empleos, “provocando una mayor desigualdad social de la que tenemos”.
Además, al incrementar la productividad es altamente consumidora de energía y si usa combustibles fósiles como fuente, “tendríamos entonces, como dijo Stephen Hawking, un Armagedón, el final”.
Como ejemplo citó que “un mundo así solo nos daría políticamente la destrucción de la democracia y la barbarie generalizada”, y –puntualizó– aceleraría la extinción de la vida en el planeta, “que ya empezamos a ver en Gaza como un ejemplo”.
Por esto, enfatizó el presidente Petro, que su agenda del futuro “tendría que construirse sobre la base de una democracia global donde cada ser humano en el mundo, en cualquier lugar, cada nación en el mundo, en cualquier lugar pudiera ser igual a las demás. Una democracia global que está por construir”.
Palabras del presidente Gustavo Petro en el Foro del sector privado de la Cumbre del Futuro de la ONU
Señores jefes de Estado y delegaciones aquí presentes. Alguna vez Stephen Hawking, el famoso físico, fue preguntado por cuáles creía que eran las causas de una posible extinción de la humanidad en el mundo contemporáneo, y él mencionó en su orden dos: uno, la inteligencia artificial; dos, la crisis climática.
Me parece que, si vamos a hablar un poco del futuro, sería bueno ver las articulaciones entre estos dos conceptos que fueron tan peligrosos, según la visión de Stephen Hawking.
La inteligencia artificial indudablemente puede -y he ahí el peligro- hacer confundir a cualquier ser humano dentro de poco tiempo, entre la realidad y la no realidad. La línea divisoria entre fantasía, virtualidad y realidad, que hoy alcanzamos a ver que se borra en la ‘fake news’, se borraría definitivamente con la inteligencia artificial.He ahí el peligro inmenso que para la humanidad significa el perder su referencia con la realidad.
En segundo lugar, indudablemente la inteligencia artificial está aquí, porque incrementa sustancialmente la productividad económica, la producción de bienes por hora, y puede implicar la salida de millones, centenares de millones de trabajadores de sus empleos, provocando una mayor desigualdad social de la que tenemos; y, en tercer lugar, la inteligencia artificial, dado que incrementa la productividad, es altamente consumidora de energía.
La energía en el mundo se usa para aumentar la productividad, para producir, vender y ganar más, si las coordenadas son el capitalismo. Estos tres elementos que podríamos mirar como negativos de la inteligencia artificial, al usar enormes cantidades de energía, muchos más que las que utilizamos hoy, contribuirían a la crisis climática.
Si la inteligencia artificial usa combustibles fósiles como fuente de energía, tendríamos entonces, como dijo Stephen Hawking, un Armagedón, el final.
Un mundo así solo nos daría políticamente la destrucción de la democracia y la barbarie generalizada que ya empezamos a ver en Gaza, como un ejemplo. Un control de la humanidad a partir de la inteligencia artificial, confundida la humanidad entre lo que es real y no real, que nos daría un horizonte de poder contrario, por completo, al proyecto democrático con el cual nosotros, como República en Colombia, nacimos. Y si encima se articula a una explosión de demanda del petróleo y del carbón, lo que tenemos es la extinción de la vida en el planeta.
Stephen Hawking parece tener la razón. Visión alternativa: si logramos pasar a energías limpias en un futuro inmediato, para darle la energía a la inteligencia artificial y transformamos su productividad creciente, en tiempo libre de las sociedades, podríamos encontrar entonces otras claves del desarrollo mundial en el futuro.
Energías limpias, descarbonización, alta productividad, sociedades con tiempo libre disponible, que sería la verdadera riqueza de una nación. Y, necesariamente, un mundo así tendría que construirse sobre la base de una democracia global, donde cada ser humano en el mundo, cada nación, en cualquier lugar, pudiera ser igual a las demás. Una democracia global que está por construir.
Luego, mi agenda del futuro, mi visión del futuro, nos lleva a lo contrario de lo que Stephen Hawking veía como peligro, si es que somos capaces como humanidad de luchar por él.
Una democracia global que planifique la construcción de las energías limpias en el mundo, que permita en su crecimiento una inteligencia artificial, un nivel informático que eleve la productividad, no en función de las ganancias privadas -con que se volvería muchísimo más desigual socialmente el mundo- sino en función del tiempo libre creador, el trabajo emancipado de una humanidad que entonces viviría mucho más rica y feliz. Gracias, muy amables.