El consejo de ministros de anoche, transmitido en vivo, a través de cadena nacional, por decisión del presidente Gustavo Petro, dejó en evidencia la tensión interna dentro del gabinete y las diferencias estratégicas dentro del Gobierno.
La decisión de transmitir estas reuniones al público sigue un modelo que el mandatario reconoce haber tomado de experiencias en otros países como Cuba, Venezuela y México, con el propósito de acercar la gestión gubernamental a la ciudadanía. Sin embargo, el evento terminó exponiendo conflictos y fracturas dentro del Ejecutivo.
Uno de los aspectos más llamativos fue la presencia de Armando Benedetti, quien recientemente fue nombrado jefe de Despacho presidencial. La reaparición del exembajador generó incomodidad en algunos sectores del gabinete, lo que quedó evidenciado en los reclamos de la vicepresidenta Francia Márquez y la ministra de Ambiente, Susana Muhamad.
Márquez criticó abiertamente la actitud de Laura Sarabia dentro del Gobierno y cuestionó la reincorporación de Benedetti. Por su parte, Muhamadexpresó su inconformidad con la presencia del exsenador, argumentando que no se siente cómoda compartiendo gabinete con él.
Otro punto álgido de la transmisión fueron las críticas del presidente Petro al incumplimiento de compromisos asumidos con la ciudadanía. En un balance preocupante, el mandatario reconoció que, de los 195 compromisos adquiridos, 146 aún no se han cumplido, siendo el sector educativo el más rezagado. En su análisis, el presidente se mostró autocrítico y calificó como un error la designación de Alejandro Gaviria como ministro de Educación en el inicio de su mandato.
Además de las tensiones internas, Petro abordó temas de política internacional. En particular, se refirió a la relación con el presidente estadounidense Donald Trump, dejando claro que su Gobierno no se someterá a presiones externas y que prioriza a las personas sobre los intereses comerciales. También reiteró su oposición al fracking y exigió a Ecopetrol la venta de sus operaciones en Estados Unidos, con el fin de redirigir esos recursos a energías limpias en Colombia.
El formato de la transmisión, en el que el mandatario habló durante largos tramos sin dar paso a la intervención de sus ministros, rememoró espacios utilizados en otros gobiernos de la región para la comunicación directa con la ciudadanía. No obstante, lo que pudo ser una estrategia de transparencia terminó convirtiéndose en una exhibición de las tensiones y fracturas dentro del gabinete, generando más incertidumbre sobre la estabilidad interna del Ejecutivo.
La intervención de figuras como Gustavo Bolívar también marcó la jornada. El director de Prosperidad Social no solo cuestionó las cifras de cumplimiento presentadas por el presidente, sino que también criticó la presencia de Benedetti y Sarabia en el Gobierno, argumentando que no deberían seguir ocupando sus cargos. Esta declaración generó una respuesta inmediata del mandatario, quien exigió claridad sobre si Bolívar piensa mantenerse en el Gobierno o si se enfocará en una eventual candidatura.
Este consejo de ministros no solo expuso las fisuras dentro del gabinete, sino que también puso en el centro del debate la estrategia comunicativa del presidente. Si bien la transmisión de estas reuniones podría representar un ejercicio de transparencia, también puede derivar en una amplificación de las diferencias internas y la percepción de inestabilidad dentro del Ejecutivo.
